Joaquim Vilà: «Solo un 5% de las empresas tienen un proceso formal de innovación»
Hace más de 7 años que en Inteligencia Creativa colaboramos con frecuencia con el profesor Joaquim Vilà tanto en sus clases en IESE como con algunos clientes. Vilà es profesor de Gestión Estratégia e Innovación y a la vez, director académico del programa de IESE centrado en Gestión de la Innovación y director del Centro de Información de la Escuela de Negocios IESE.
¿Cómo ve el estado de la creatividad y la innovación en las empresas en España?
En estos momentos, está condicionada por el contexto actual. La gente está metida en otros temas y, como decimos, la paz mental es un recurso muy escaso. Hoy en día, las empresas se diferencian dependiendo de su relación con la innovación: hay gente que desde el primer minuto piensa en la innovación para mejorar (que son unos pocos) y otra que piensa que es un lujo y, por tanto, no innovan (que es la gran mayoría)
¿Qué porcentaje diría que hay en cada uno de estos grupos?
Depende. Variará según los grados de compromiso pero creo que. Aquellos que innovan en alguna cosa concreta quizá diría un 20% del total de las empresas con más de 10-20 trabajadores. O incluso menos, entre un 10 y un 20%.
Por otra parte, si hablamos de aquellos que tienen un proceso formal de innovación, más robusto, el porcentaje cae hasta el 5%.
Aún así, muchas empresas innovan de manera intuitiva y no sistemática y la experiencia dice que la sistematización de la innovación augura mayores resultados. Ello requiere habilidades mentales y una motivación por parte del comité de dirección de la empresa, cosa de la que pocas empresas aún son conscientes.
¿Cómo puede una empresa ser innovadora en un contexto económico como el que estamos viviendo?
Si la empresa adquiere consciencia de que la creatividad y la innovación son habilidades para su empresa. Pero habilidades entendidas como algo más amplio, como por ejemplo innovaciones en buscar recursos, sinergias… En resumen, la innovación es el desarrollo de habilidades amplias que ayudan a la mejora de la empresa.
¿Qué elementos necesita una empresa para ser innovadora, según usted?
La innovación en la empresa va ligada a una manera de dirigir todo un proceso. Para tener éxito es necesario integrar distintos elementos como el liderazgo de personas, la organización, la gestión del conocimiento… Un paso básico, por ejemplo, es que el sistema de dirección tenga un compromiso explícito con la innovación para que los responsables se sientan apoyados.
¿Tiene la mayoría de las empresas sistematizado el proceso de creatividad e innovación?
No, escasas lo tienen. Así como un aproximadamente un 5% puede tener un proceso de innovación ordenado, solo un 1% está sistematizado, es decir, integrado, con estrategia y permitiendo que baje de forma natural por todas las raíces de la organización
Y sucede una cosa curiosa, que estos datos no solo se aplican en España, sino en el resto del mundo la innovación está razonablemente mal. Es un fenómeno nuevo, como el boom de la calidad de los años 70. Un proceso poco presente y que poco a poco se está ampliando. Hay empresas que ya lo tienen interiorizado y otras que cuando ven que las primera consiguen frutos, hace que se planteen el proceso que, además, descubren que no es tan complejo como se pensaba. Aún así, como he dicho antes, el contexto dificulta las cosas.
¿Cree que la cultura de la innovación está presente en la mayoría de empresas?
Depende del grado. La cultura de innovación tiene grados, no se tiene o no se tiene, por tanto es un progreso. Contestando a la pregunta de si está presente o no a las empresas, diría que sí pero en un porcentaje muy bajo. Si eliminamos las micropymes, el porcentaje de empresas con procesos de innovación robustos llega al 5%, por tanto, si de estas no todas lo han sistematizado, las organizaciones con cultura de la innovación son muy mínimos.
¿La innovación es más una cuestión de proceso o de cultura?
Ambos son necesarios. El proceso creativo o de innovación es la forma de llegar a la cultura de innovación de manera ordenada y, por su parte, la cultura concreta el proceso. Por tanto, ambos se necesitan.
¿Existen herramientas para ayudar a los gestores de la innovación?
Sí, surgen plataformas informáticas que se pueden aplicar en un ámbito muy acotado. Pero no existe ninguna herramienta que integre todos los elementos. Además, el mercado cada vez tiene más demandas y la clave de una buena herramienta es acertar en el pain que más preocupe.
Hace unos cinco años, formé parte de la creación de una de estas ayudas, que podía dar apoyo tanto a los responsables de innovación como a la dirección o el comité de innovación de la empresa. Crit se ha implantado en diferentes empresas y ha tenido buena aceptación.
¿En qué se diferencia Crit de las otras herramientas existentes? ¿está instalada en muchas empresas?
Crit es una plataforma que ha evolucionado. Se implantó en primer lugar en empresas como Roche, Ausa o Apli pero también en empresas pequeñas. Esta primera versión de Crit fue antes de la crisi y tuvo mucha aceptación ya que integraba aspectos clave del proceso de innovación. Aún así, implicaba una inversión por parte de la empresa.
Entonces el mercado cambió y ahora existe una aceptación de productos en la nube. Por ello, Crit cambió el formato y su manera de operar y pasa a ser un servicio con el nombre de Easycrit. Opera en la nube y es muy fácil de operar. De hecho, algunas de las empresas que lo usan, como Danone, ya nos han pedido que sea incluso más friendly y la hemos adaptado. Easycrit ha tenido muy buena aceptación, y ya se usa en diferentes empresas de automoción, como SEAT, o también en empresas de seguros o mensajería. Easycrit es la mejora de Crit, un coste más bajo y más prestaciones de cara al usuario y sobre todo, de cara a la innovación ya que hace el proceso más nítido y fácil.