¿Son necesarios muchos recursos para ser una empresa innovadora?

¿Son necesarios muchos recursos para ser una empresa innovadora?


Ya no hace falta convencer a (casi) nadie que las empresas tienen que estar en un proceso continuo de innovación para mantener en sus respectivos mercados un cierto liderazgo o simplemente el negocio.

En tiempos de crisis esto se ha convertido en una necesidad que cualquier empresa de cualquier tamaño y de cualquier sector debe plantearse si realmente quiere seguir existiendo.
En el entorno actual, lo más arriesgado es no cambiar nada.

La crisis ha obligado a las empresas a cuestionarse su forma de trabajar e incluso a replantearse su modelo de negocio.

Nuestra experiencia nos demuestra, al contrario de lo que a priori se podría pensar, que muchas pymes están completamente concienciadas de ello. Incluso nos ha sorprendido ver que las pymes en general son más capaces de poner las cosas en duda que muchas multinacionales del gran consumo a quién la incertidumbre, la marca blanca, la dificultad de pensar más allá del producto y el miedo a lo desconocido  han dejado prácticamente bloqueadas.

Muchas Pymes han entendido estos últimos años que la innovación no consiste solo en mejorar sus productos. Innovan en sus canales comerciales, su manera de comunicar, sus proceso internos, buscan nuevos usos o nuevos públicos objetivos, …

Además, sus estructuras más pequeñas y más flexibles les están permitiendo ser más rápidas que otras empresas de mayor tamaño. Al tener estructuras más planes, existen menos “asesinos de ideas”: personas que pueden matar la idea antes de darle una posibilidad real de tirar adelante. En empresas pequeñas, por lo bueno o por lo malo, existen menos filtros aunque uno sea muy potente: innovar solo será posible con el compromiso del dueño o del gerente.

A veces todavia piensan que para sistematizar el pensamiento creativo y la innovación, se necesitan mucha gente (comités…) y mucho dinero (para lanzar procesos complejos) y por ello solo está al alcance de los más grandes. Pero la realidad nos demuestra que para ser una empresa innovadora no es necesario disponer de grandes recursos económicos ni humanos sino simplemente empezar teniendo una cultura empresarial propicia que convenza a las personas de la organización de la importancia a innovar. Luego atreverse a probar y permitir a las personas cierto margen de maniobra para ello y finalmente dotarles de algunas herramientas y un proceso sencillo que puedan integrar en su día a día para facilitarles la labor.

En innovación el camino se hace al andar. Más vale definir un minimo plan de actuación y empezar a avanzar que pasar meses esperando tener el proceso perfecto, que además no existe. Conocimos a una empresa (muy) grande que paso 2 años definiendo su metodología de innovación. Resultado: 2 años casi sin innovar y un proceso que 2 años más tarde solo funciona en el powerpoint porque todo el entorno ha cambiado… Eso explica también porque vemos a muchas empresas pequeñas o medianas adelantando a las empresas grandes en la transformación de sus empresas en organizaciones creativas e innovadoras.