El concepto de “nueva normalidad” nos puede paralizar: ¡viva la “no normalidad”!

El concepto de “nueva normalidad” nos puede paralizar: ¡viva la “no normalidad”!


Cada vez que oigo hablar de la “nueva normalidad” me pongo nervioso: se intuye un mindset reactivo que vuelve a buscar la inercia del pasado…

Cuando las empresas hablan de nueva normalidad a veces parece que aceptan que las cosas han cambiado (si no lo aceptan después de estos meses…) pero que vamos a pasar del punto A al punto B. Simplemente que no sabemos todavía cómo será el punto B.

¡Entonces uno puede pensar que lo mejor es no tomar muchas decisiones importantes antes de tener claro cómo será! Esperemos conocer las nuevas reglas del juego antes de mover ficha.

En realidad, no es que no conozcamos el punto B, es que igual ni siquiera existe o, que una vez lo hayamos entendido y queramos mover ficha, ya estemos en el punto D. Y entonces ¿qué haremos? ¿esperar las reglas del juego del nuevo punto D?

El ser humano, especialmente si es economista, nunca ha sido muy bueno en predecir lo que pasará, ni siquiera acorto plazo … Así que, en la situación actual, podemos acertar más moviéndonos y creando nosotros mismos el punto B, o el H, en vez de esperar o que sean otros quienes nos lo creen …

Claro que es complicado pensar a medio plazo (¡4 meses ahora es medio plazo!) con tanta incertidumbre y tantos incendios por apagar. Pero para mí la mejor definición de la innovación siempre ha sido “la gestión de la incertidumbre”.

Hace años que se habla de transformación (digital o no) y de Agile. En realidad muchas veces se hablaba más que se practicaba, porque a las empresas les costaba decidir en incertidumbre. Si no querían incertidumbre ¡ahora van servidas!

Y puede ser el momento perfecto para cambiar. Hay menos que perder…

Estamos recomendado a nuestros clientes pensar en 3 niveles de manera simultánea, y no sucesiva:

1.      Sobrevivir: en esto estamos todos desde hace 2 meses: controlar y reducir costes. Ver lo que podemos vender en la nueva situación, ver cómo nos organizamos…

2.      Cambiar: ¿qué puedo cambiar en mis productos/servicios, procesos, canales… para reactivar el negocio a 2-3 meses? Muchos siguen en esta fase. Los que pensaron en ella mientras solucionaban la primera van más adelantos…

3.      Reinventarse: en este punto vemos realmente a pocas empresas. Algunas piensan que no tiene sentido pensar en ello mientras no tienen los dos puntos anteriores solucionados. Otras están bloqueadas con el miedo en el cuerpo. Y la mayoría piensan que no tienen todavía la información para pensar en ello. Esperando el manual de instrucciones de la “nueva normalidad”…

Mientras tienen a algunos equipos apagando los incendios, cosa por supuesto indispensable, podrían empezar a movilizar a otras personas para detectar oportunidades, caminos en la oscuridad…

El objetivo debe ser: ¿qué podemos hacer/cambiar/reinventar para salir de esta crisis más fuertes de lo que hemos entrado? Aunque parezca imposible…

Pero ¿cómo puedo empezar a moverme si no sé ni en qué dirección van las cosas?

La clave es trabajar con escenarios. Aunque, como es probable, el entorno siga cambiando cada dos semanas, podré reaccionar más rápidamente en movimiento, viendo qué escenarios siguen vigentes. Y diseñando algunos nuevos…

Para eso necesitamos menos business plan y más mapa estratégico (o propósito).

Un business plan nos encierra: cada vez que no estamos en línea, es decir YA, tomamos medidas correctivas, no para ir en la buena dirección, sino simplemente para cumplir lo que dijimos que haríamos…

Si ponemos las luces un poco más largas, tendremos más flexibilidad y más visión. Tengamos claro cuál es el propósito o el mapa estratégico en grandes líneas. Y después cambiemos cada semana si hace falta las tácticas, las acciones, los canales, o lo que sea necesario mientras mantenemos el rumbo de medio plazo. No importa si no hago nada de lo que tenía previsto mientras sigo el rumbo.

Y si un día lo táctico me hace pensar que hay que cambiar de rumbo no pasa nada, mientras sea consciente que cambio y mientras tenga un rumbo…

¡Lo único seguro es que el rumbo no puede llamarse “nueva normalidad”!

Nosotros lo llamamos la “no normalidad”.